¡Hola!
En esta entrada, hago una recensión sobre el artículo "La infoxicación en la era de las interrupciones y la infomanía", escrito por María Gabriela Ensinck y que podéis leer completo aquí.
Resulta sorprendente el dato que se nos ofrece en este artículo, y es que cada año se genera más información que la existente desde que comenzó a escribirse la historia de la humanidad. A esto han contribuido la fotografía y el vídeo digital, el auge de la telefonía móvil y por supuesto Internet y en estos últimos años las redes sociales.
En la actualidad, estamos saturados de información, algo que provoca confusión debido a que no nos da tiempo a analizarla y procesarla. Esto está ligado a la infomanía o ansiedad por informarse, una sensación de angustia que sólo puede ser mitigada con más información. Además, a medida que se multiplica la información en Internet, menos capacidad tenemos de leerla, es decir, “la paradoja es que, cuanto más hay para leer, menos se lee.”
“Según un estudio publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, el bombardeo de mensajes que hoy se multiplica a través de las redes sociales anula la capacidad de empatía y de discernimiento moral que requieren las decisiones humanas.”
También esa necesidad de estar continuamente informados está haciendo que nos aislemos de la realidad, de las personas que nos rodean y que estén aumentando los casos de ciberadicciones, o adicción a los aparatos tecnológicos que nos puedan brindar información o nos permitan contactar con personas.
Se presenta también como un peligro la denominada “sombra digital” o “huella digital”, que es toda la información personal presente en Internet, ya sea en forma de texto, imagen o vídeo. Cuando escribimos algo en una red social, subimos un vídeo o una foto, estos datos, aún después de ser borrados, dicen los expertos, permanecen en la red durante años. Esto conlleva, aparte de perder nuestra privacidad, que los datos subidos puedan ser consultados por las empresas y duden si contratarte o no. Expertos de la Universidad de Harvard en temas de privacidad y protección de datos abogan por que la información presente en Internet tenga fecha de caducidad. Que la información esté presente en Internet es algo barato y nada costoso, ya que los procesadores actuales son muy potentes.
Los jóvenes de hoy, entre los que me incluyo, tenemos unos esquemas de pensamiento menos profundos, estamos acostumbrados a saltar de un tema a otro y no nos cuesta trabajo, por ejemplo, meternos en Internet y tener muchas pestañas abiertas y estar usándolas todas a la vez.
En la actual Sociedad de la Información, el “intoxicarse” con información es muy fácil, por eso, una vez más hay que abogar por el pensamiento crítico y ser capaces de discriminar información útil de la que no lo es
¡Un saludo!
